Paz y Lara: el distanciamiento se ahonda con candidatos propios y un gabinete que ignora al vicepresidente

Inicia la Confrontación: Lara Denuncia Intento de Anulación de Paz en la Primera Reunión de Gabinete Paz y Lara: el distanciamiento se ahonda con candidatos propios y un gabinete que ignora al vicepresidente

El distanciamiento entre Rodrigo Paz y Edmand Lara se ahonda a solo días de asumir el poder, con el vicepresidente anunciando que lanzará candidatos propios en las elecciones subnacionales, mientras el presidente ha conformado un gabinete que ignora al vicepresidente al crear un cargo específico para la coordinación con el Legislativo, una tarea tradicionalmente vicepresidencial. Estas movidas, interpretadas como una abierta “medición de musculatura”, confirman una fractura en la cúpula del poder y anticipan una gestión marcada por la tensión y por dos proyectos políticos en colisión.

Candidatos propios en las subnacionales: el proyecto político de Lara al margen de Paz

Apenas instalado en la Vicepresidencia, Edmand Lara ha dejado claro que su proyecto político va más allá de acompañar a Rodrigo Paz. Ante un grupo de seguidores, anunció su intención de competir en las próximas elecciones subnacionales con su propio partido, “Nuevas Ideas con Libertad”.

“Se vienen las subnacionales también. Ya nos vamos a reunir y quiero decirles que Nuevas Ideas con Libertad va a poner sus propios candidatos. (…) Nos han desconocido, hermanos, nos han desconocido”, afirmó Lara en puertas de la Vicepresidencia.

Este anuncio no es una sorpresa. Lara ya había manifestado su sueño de consolidar su propio partido, un plan que ahora confirma que intentará materializar en 2026. Esta estrategia de construir una base electoral propia es vista por analistas como una clara demostración de fuerza y una señal de que no subordinará su capital político al del presidente.

Un coordinador para el Legislativo: la señal de Paz para omitir a Lara

Mientras Lara construye su poder desde la base social, Rodrigo Paz parece estar haciendo lo propio desde la estructura institucional, con nombramientos que sugieren un intento de puentear u omitir a su vicepresidente.

La señal más contundente fue la posesión de Wilson Santamaría, exviceministro de Jeanine Áñez, en el cargo de “Coordinador con el Poder Legislativo”, dependiente del Ministerio de la Presidencia. Constitucionalmente, el Vicepresidente del Estado es también el Presidente de la Asamblea Legislativa, por lo que tradicionalmente es el nexo natural entre ambos órganos. La creación de este nuevo cargo es interpretada como un bypass institucional para que el Ejecutivo se relacione con el Legislativo sin pasar por la figura de Lara.

El ministro de la Presidencia, José Luis Lupo, justificó estos cambios como parte de una reorganización para “desmantelar una estructura de 20 años” y transformar el “Estado tranca” en un gobierno eficiente, creando un “centro de gobierno” para el presidente. Sin embargo, en el ajedrez político, la movida se lee como una forma de restarle poder y funciones a un vicepresidente que ya ha demostrado tener una agenda propia.

Distanciamiento Rodrigo Paz Edmand Lara

La fractura en el binomio gobernante es cada vez más evidente. El distanciamiento no solo es político, sino también operativo. Lara no formó parte de la crucial gira de Paz por Estados Unidos y ha denunciado intentos de excluirlo de las reuniones de gabinete.

Este choque de fuerzas se produce en el peor momento posible, mientras el nuevo gobierno hereda un “Estado muerto” y una “cloaca”, según las propias palabras del presidente Paz. La energía que debería estar enfocada en resolver la crisis económica parece desviarse hacia una lucha de poder interna.

El llamado a la “unidad y reconciliación” que ambos hicieron la noche de su victoria electoral parece haberse desvanecido en menos de una semana. Bolivia ahora observa un gobierno que nace dividido, con un presidente construyendo su aparato burocrático y un vicepresidente consolidando su base popular, dos caminos separados que amenazan con chocar y poner en riesgo la gobernabilidad del país.

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