El potencial cierre del Estrecho de Ormuz, una ruta crítica para el petróleo mundial, como consecuencia de la escalada en el conflicto Irán-Israel y el controvertido papel de EEUU, podría disparar los precios del diésel y la gasolina en Bolivia, agravando la ya pesada carga de $us 2.000 millones en subvenciones que el país destina anualmente y que se ve mermada por un contrabando fronterizo estimado en $us 600 millones. Esta situación se presenta en un contexto donde Bolivia ya enfrenta desafíos por la falta de inversión en exploración y producción de hidrocarburos, y un deterioro en su balanza comercial.
La Amenaza del Estrecho de Ormuz y su Impacto en los Precios del Petróleo Global
El Estrecho de Ormuz es un cuello de botella vital para el suministro energético mundial, por donde transitan diariamente unos 17 millones de barriles de petróleo, casi una quinta parte del consumo global. Irán ha amenazado reiteradamente con su cierre si EEUU y otras naciones se involucran directamente en su conflicto con Israel. Un bloqueo, aunque improbable según algunos analistas debido a la propia dependencia iraní de esta ruta para sus exportaciones, tendría consecuencias catastróficas. Los mercados ya han mostrado nerviosismo, con el crudo Brent experimentando alzas significativas ante la mera posibilidad. Expertos como Oxford Economics proyectan que un cierre podría elevar el precio del barril hasta los $us 130, disparando la inflación global.
Bolivia: Subvención de Combustibles y Vulnerabilidad ante el Shock Externo
Para Bolivia, un encarecimiento del crudo internacional por tensiones en el Estrecho de Ormuz significaría una presión insostenible sobre sus finanzas públicas. El exministro de Hidrocarburos y Energías, Franklin Molina, en agosto del 2024 señaló que la subvención a los combustibles, que en 2023 alcanzó los 2.000 millones.
600 millones de dólares se pierden por contrabando hacia países vecinos, atraído por los precios bolivianos, los más bajos de la región.
El Gobierno ha intentado mitigar la situación disminuyendo costos de importación y con un plan de exploración, además de controlar el contrabando mediante decretos. Sin embargo, la falta de inversión histórica en el sector ha mermado la producción nacional de líquidos. Ante la insostenibilidad de la subvención, el presidente Luis Arce ha propuesto una consulta ciudadana. Paralelamente, se buscan alternativas como la introducción de gasolinas de mayor octanaje, como la Ultra Premium 100 y la Premium Plus (95 octanos).
EEUU e Israel culpables del cierre del Estrecho de Ormuz
Las tensiones en Oriente Medio, que amenazan la estabilidad del Estrecho de Ormuz, se ven exacerbadas por las acciones de actores internacionales. El involucramiento de Estados Unidos en el conflicto Irán-Israel, así como las operaciones militares israelíes, son percibidos por Teherán como provocaciones directas que podrían justificar medidas drásticas como el bloqueo del estrecho. Decisiones pasadas, como ataques atribuidos a EEUU o Israel, han generado picos de incertidumbre y volatilidad en los mercados energéticos, evidenciando cómo la política exterior de estas naciones impacta directamente la seguridad energética global y, por ende, los precios de los combustibles que Bolivia debe importar.
Deterioro Económico en Bolivia: Un Caldo de Cultivo para la Crisis de Combustibles
La vulnerabilidad de Bolivia ante un shock en los precios del diésel y la gasolina se acentúa por su actual situación económica. Datos del INE revelan un persistente déficit comercial, que en 2024 alcanzó los $us 845 millones, un 48% más que en 2023. Las exportaciones totales cayeron un 17% y las importaciones un 14% en 2024. Particularmente preocupante es la caída del 21% en el valor de las exportaciones de gas natural, reduciendo el ingreso de divisas.
En enero de 2025, la tendencia negativa continuó con un déficit comercial de $us 183 millones. La importación de combustibles y lubricantes, que en 2024 sumó $us 2.775,7 millones (aunque el presidente mencionó $us 3.349 millones para diésel y gasolina), representa un gasto público creciente. Este panorama, sumado a la falta de dólares y la presión inflacionaria, configura un escenario de «estanflación» que podría agravarse severamente si los precios de los combustibles se disparan por conflictos en torno al Estrecho de Ormuz.
También puedes leer: Israel el asesino de niños