El brote de sarampión en Bolivia ha escalado a 92 casos confirmados, desatando una emergencia sanitaria nacional que evidencia una peligrosa brecha en la vacunación infantil y los riesgos de la desinformación. Con más de un millón de niños sin su esquema completo de protección, las autoridades luchan por contener la enfermedad, que se expande rápidamente mientras los movimientos antivacunas socavan la confianza en la herramienta más eficaz para prevenirla.
Alarma Sanitaria en Bolivia: Casos de Sarampión se Disparan en Bolivia
Lo que comenzó con un caso importado en abril se ha convertido en una crisis de salud pública. Hasta la fecha, el Ministerio de Salud reporta 92 casos confirmados y más de 800 sospechosos. La distribución geográfica muestra un foco crítico en Santa Cruz, que concentra 81 de los casos, pero la enfermedad ya se ha extendido a otros cinco departamentos: La Paz (5), Potosí (3), Oruro (1), Beni (1) y Chuquisaca (1).
El viceministro de Epidemiología, Max Enríquez, detalló que la situación es dinámica, con nuevos contagios confirmándose en localidades como Santa Rosa de la Roca. La mayoría de los afectados son niños, como el caso de un bebé de un año en Monteagudo que solo había recibido una dosis, subrayando la vulnerabilidad de quienes no tienen la protección completa.
La Raíz del Problema: Un Millón de Niños sin la Protección de la Vacunación
Según Pablo Salazar, representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), la causa de este brote es clara: «Aproximadamente un millón cien mil niños no han recibido la primera o la segunda dosis» contra el sarampión.
Las cifras de cobertura son alarmantes. Mientras la primera dosis alcanza un 88%, la segunda dosis crucial apenas llega al 66% de la población infantil. Este porcentaje está muy por debajo del 95% recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para garantizar la «inmunidad de rebaño», que protege indirectamente a quienes no pueden vacunarse, como bebés muy pequeños o personas con sistemas inmunitarios debilitados.
El Peligro Real del Sarampión en Bolivia y el Rol de la Desinformación Antivacunas
Más allá de las cifras, es fundamental entender por qué esta situación representa un grave peligro para la salud pública.
¿Por Qué es Tan Importante la Vacunación contra el Sarampión?
La vacuna SRP (Sarampión, Rubeola y Paperas) es una de las intervenciones de salud más seguras y efectivas que existen. Sus beneficios son invaluables:
- Previene una Enfermedad Grave: El sarampión no es un simple sarpullido. Puede causar complicaciones graves como neumonía, ceguera, encefalitis (inflamación del cerebro que puede llevar a daño cerebral permanente) y la muerte.
- Es Segura y Efectiva: Dos dosis de la vacuna ofrecen una protección de por vida de aproximadamente el 97%.
- Protege a la Comunidad: Al vacunarse, no solo se protege al individuo, sino que se contribuye a la inmunidad colectiva, creando un escudo que frena la circulación del virus.
La Amenaza Silenciosa: Cómo el Movimiento Antivacunas Socava la Salud
El resurgimiento de enfermedades casi erradicadas como el sarampión en Bolivia está directamente vinculado a la desinformación promovida por grupos antivacunas. Estos movimientos difunden mitos peligrosos, como el vínculo desacreditado y fraudulento entre las vacunas y el autismo. Al erosionar la confianza pública en la ciencia, logran que padres y madres duden y decidan no vacunar a sus hijos, dejándolos expuestos a enfermedades mortales y rompiendo el escudo de la inmunidad comunitaria.
Respuesta del Gobierno: Emergencia Sanitaria y Ampliación de la Campaña
Ante la gravedad del brote, el gobierno boliviano ha declarado emergencia sanitaria nacional. Las acciones inmediatas incluyen:
- Vacunación Masiva: Campañas intensivas en centros de salud, escuelas y brigadas móviles para niños de 1 a 9 años.
- Esquema Acelerado: Se recomienda aplicar la segunda dosis un mes después de la primera para lograr una protección más rápida.
- Ampliación de Cobertura: Las autoridades planean ampliar en las próximas semanas el rango de vacunación para incluir a adolescentes de 10 a 14 años, asegurando que se contará con las dosis necesarias.
El llamado de las autoridades es unánime: la única forma de frenar este brote y evitar futuras tragedias es a través de la vacunación.
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