El voto nulo y blanco en las elecciones de Bolivia ha dejado de ser una simple anécdota estadística para convertirse en el actor político protagónico que ha definido la contienda, marcando un quiebre sin precedentes en la historia democrática del país. El salto de un promedio histórico del 5% a casi el 22% demuestra que el voto de protesta dejó de ser un factor marginal para convertirse en una fuerza decisiva, una que superó a candidatos y envió un mandato de rechazo masivo a los finalistas, Rodrigo Paz y Tuto Quiroga.
De Protesta Marginal a Actor Político: El Salto Histórico del Voto Nulo
El terremoto político de estas elecciones se mide en un solo dato: el crecimiento exponencial del voto de rechazo. Durante más de una década, el voto nulo y blanco se mantuvo como una expresión minoritaria, un dato secundario en los análisis. Hoy es la noticia principal.
Para entender la magnitud de este cambio, basta con comparar los resultados históricos:
- Elecciones 2009: Nulos y Blancos sumaron 5,70%.
- Elecciones 2014: La cifra fue del 5,07%.
- Elecciones 2019: El rechazo alcanzó el 5,00%.
- Elecciones 2020: Se mantuvo estable en 5,02%.
Frente a este promedio histórico y predecible del 5%, el resultado de 2025 es una ruptura total: un 21,8% de los votos emitidos fueron nulos o blancos. Este salto de más de 16 puntos porcentuales no es una variación; es la irrupción de una nueva fuerza política nacida del hartazgo y el descontento.
El Poder del Voto Nulo: La Fuerza que Superó a los Candidatos
Para dimensionar la magnitud del voto protesta, es crucial analizar los datos correctamente. Mientras los porcentajes de los candidatos se calculan sobre los «votos válidos», el voto nulo y blanco (N+B) se mide sobre el total de «votos emitidos». Al poner todas las cifras en la misma base de comparación, emerge una verdad impactante:
- Votos Nulos + Blancos: 1.431.692 votos (21,8% de los votos emitidos).
- Votos para Tuto Quiroga: 1.374.659 votos (20,9% de los votos emitidos).
El voto de protesta no solo superó a Tuto Quiroga, sino que se posicionó como la segunda fuerza política real del país, demostrando que su rol protagónico no es una metáfora, sino una realidad matemática.
Como nuevo protagonista, el voto nulo no solo expresó un sentimiento, sino que alteró el resultado con un poder numérico real. Al comparar correctamente las cifras (tomando como base los votos emitidos), el bloque del rechazo demostró ser más fuerte que el segundo finalista.
La Verdadera Mayoría: El Bloque del Descontento que Superó al Ganador
El protagonismo del rechazo se magnifica al sumar la abstención. La combinación de quienes no fueron a votar y quienes anularon su voto conforma la verdadera mayoría del país, un bloque que superó ampliamente al candidato ganador de la primera vuelta. Si bien desde el 2009 se tenía una asbtención que no superaba el millon de votantes, esta vez si lo hizo.
- Bloque del Descontento (Abstención + Nulos + Blancos): 2.426.769 ciudadanos.
- Votos para Rodrigo Paz (Ganador): 1.632.658 votos.
Esta cifra es la prueba final del rol estelar del descontento: la opción política más elegida por los bolivianos fue no elegir a nadie. El desafío para el ganador del balotaje será gobernar un país donde la principal fuerza política fue, inequívocamente, el rechazo.
Pero, es importante resaltar que la abstinencia puede pertenecer a migrantes, personas de al tercera edad,y sectores vulnerables al margen del Estado.
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