El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha negado haber discutido [golpe] un plan para un cambio de gobierno en Venezuela, en medio de una escalada de tensiones militares en el Caribe. Sin embargo, esta afirmación choca frontalmente con el historial de su propia administración y las confesiones de su exasesor de Seguridad Nacional, John Bolton, quien admitió haber planeado golpes de Estado, mencionando específicamente el fallido intento contra Nicolás Maduro en su anterior gestión.
Documentos desclasificados y estudios académicos refuerzan la idea de que la negación de Trump es parte de una larga tradición de intervencionismo estadounidense en América Latina, donde Bolivia y Venezuela han sido objetivos prioritarios.
La Negación de Trump vs. la Confesión de Bolton, ys se intentó un golpe contra VEnezuela en su primera gestión
A bordo del Air Force One, Trump fue directo al ser consultado sobre si había hablado con su gabinete sobre un cambio de régimen en Venezuela: «No, no he tenido», respondió. Esta declaración busca calmar las aguas tras los recientes ataques de EEUU a embarcaciones venezolanas, que han dejado al menos 15 muertos y provocado una respuesta militar de Caracas. Pero esta negación se desmorona al contrastarla con las palabras de John Bolton, una de las figuras más influyentes de su primer mandato.
En julio de 2022, Bolton admitió sin tapujos en una entrevista haber planeado golpes de Estado desde la Casa Blanca. «Resultó no tener éxito [el intento en Venezuela]. No es que tuviéramos mucho que ver con eso, pero vi lo que se necesitaba para que una oposición intentara derrocar a un presidente elegido ilegalmente (Nicolás Maduro) y ellos fracasaron», confesó Bolton.
En su libro «The Room Where It Happened», Bolton detalla la «Operación Libertad», una estrategia que incluía el uso de «ayuda humanitaria» retenida en las fronteras y llamados a la rebelión militar y civil para derrocar a Maduro e instalar a Juan Guaidó, tácticas que guardan un escalofriante parecido con los eventos que se desarrollaron en Bolivia en 2019.
Bolivia y Venezuela: Objetivos Prioritarios en la Mira de EEUU
Aunque Bolton se rehusó a nombrar otros países, el historial de intervenciones apunta directamente a la región. Según el Cline Center for Advanced Social Research de la Universidad de Illinois, Estados Unidos ha intentado 48 golpes de Estado en Bolivia, convirtiéndolo en el país con más intervenciones de este tipo en el mundo, seguido de Haití (28) y Venezuela (24).
Este mismo centro de estudios cataloga los conflictos de noviembre de 2019 en Bolivia y el reciente «zuñigazo» del 26 de junio de 2024 como intervenciones de EEUU. La metodología del Cline Center, que revisa miles de fuentes periodísticas e informes, confirma un patrón de injerencia sistemática. Documentos desclasificados recientemente por la propia administración Trump admiten la participación de la CIA en la Masacre de San Juan en Bolivia (1967) y en las elecciones fraudulentas de René Barrientos, además de confirmar la operación del Plan Cóndor desde el país.
El Segundo Mandato de Trump, se avista otro intento de golpe por petroleo
Con su aparente victoria en las elecciones, la política exterior de Trump promete seguir una línea dura, aunque con matices. Su discurso se ha centrado en el lema «América Primero», lo que implica un posible recorte de fondos a la OTAN y a la guerra en Ucrania.
Sin embargo, esto no significa una retirada del escenario mundial.
El Petróleo como Objetivo: Trump ha admitido públicamente su deseo de controlar el petróleo de Siria, Irak y, por supuesto, Venezuela. Este interés económico sigue siendo el motor de su política en la región. Aumento del Gasto Militar: A pesar de reducir el gasto en conflictos ajenos, Trump ha prometido fortalecer la industria armamentista de EEUU. Su lema «menos gasto» no aplica a las balas, y se espera una mayor inversión en tecnología militar, incluyendo el uso de Inteligencia Artificial en conflictos. Presión sobre México y China: Trump planea aumentar los aranceles a China y presionar a México en la lucha contra el fentanilo y la migración. Estas tensiones podrían tener un efecto dominó en toda la región, especialmente si México y Venezuela, importantes socios petroleros, deciden restringir sus ventas a EEUU.
Aunque Donald Trump niegue públicamente los planes de un golpe contra Venezuela, las confesiones de sus propios exfuncionarios, los documentos desclasificados y un historial de casi 50 intervenciones solo en Bolivia demuestran que la injerencia es una herramienta constante en la política exterior de Estados Unidos. Para América Latina, la historia sugiere que las negaciones son solo una parte del juego, y que la soberanía de la región seguirá estando bajo amenaza.
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