Cuándo el mundo se enteró del narcotráfico promovido en Santa Cruz, Bolivia

Bánzer inicio el narcotráfico en Santa Cruz Bolivia

En 1981, el programa «60 Minutes» de la CBS, conducido por el periodista Mike Wallace, reveló al mundo el alcance del narcotráfico en Bolivia y su relación con figuras políticas y militares en Santa Cruz. Este reportaje, titulado «Luis Arce Gómez: Ministro de la Cocaína», expuso una red de corrupción que involucraba a altos mandos del gobierno boliviano en el lucrativo negocio de la cocaína, con Santa Cruz como epicentro de estas operaciones.

Orígenes del narcotráfico en Bolivia y la consolidación de Santa Cruz como centro del negocio

A principios del siglo XX, Bolivia era el principal productor mundial de estaño. Sin embargo, la explotación minera beneficiaba solo a familias como los Patiño, Aramayo y Hochschild, mientras los obreros indígenas sufrían condiciones inhumanas. Tras la Revolución de 1952 y la nacionalización de las minas, la economía boliviana quedó debilitada, lo que llevó a un incremento en la producción de hoja de coca. Para 1960, existían 3.030 hectáreas sembradas que producían 3.368 toneladas anuales de hojas de coca, cifra que se mantuvo estable durante esa década.

En los años 60, pilotos estadounidenses dedicados al contrabando convencieron a hacendados bolivianos de que el narcotráfico era un negocio rentable. Para garantizar el éxito de esta empresa, se buscó el apoyo de los militares, estableciendo alianzas que permitieran la protección de los cultivos y el tráfico aéreo hacia Colombia, Brasil y Venezuela.

Uno de los primeros militares en consolidar esta red fue el general de Aviación René Barrientos, quien dio un golpe de Estado en 1964 y luego fue elegido presidente en 1966. Barrientos impulsó la creación de la empresa estatal Transmarítima Boliviana y nombró a Klaus Altmann (Klaus Barbie) como asesor del Departamento IV del Ejército, encargado de operaciones de contrainsurgencia. Con el tiempo, Santa Cruz se convirtió en el epicentro del narcotráfico boliviano.

Luis Arce Gómez: El «Ministro de la Cocaína»

El reportaje de «60 Minutes» identificó al coronel Luis Arce Gómez, hasta entonces ministro del Interior del gobierno del general Luis García Meza, como la figura central del narcotráfico en Bolivia. A pesar de su rol en la lucha contra las drogas, Arce Gómez era señalado como uno de los principales beneficiarios de la producción y exportación de cocaína, un negocio que generaba mil millones de dólares anuales.

El reportaje reveló que el Ministerio del Interior, bajo su dirección, imponía un «impuesto» de $40 por paquete de hoja de coca, de los cuales $10 iban directamente a Arce Gómez, lo que le generaba un ingreso estimado de 1.5 millones de dólares al año.

Santa Cruz el epicentro del narcotráfico en Bolivia

El documental expuso cómo Santa Cruz se había convertido en la «capital mundial de la cocaína». Se denunció la existencia de lujosas mansiones que contrastaban con el bajo ingreso per cápita del país, evidenciando el poder económico de los narcotraficantes en la región. Entre los personajes clave mencionados en el reportaje están, aunque otros no fueron mencionados, pero fue complementado con información del texto «Conexiones mafiosas» :

  • General Hugo Añía, comandante del Segundo Cuerpo del Ejército en Santa Cruz, señalado por la DEA como un eslabón en la cadena del narcotráfico.
  • Coronel Ariel Coca, ministro de Educación y Cultura, vinculado con un cargamento de 100 kilos de cocaína incautados en Panamá y copropietario de un rancho en la selva utilizado como punto de embarque de droga.
  • Roberto Suárez, primo de Arce Gómez y considerado el mayor proveedor de cocaína del mundo en ese momento.
  • Alfredo Gutiérrez, expresidente de la Cámara Industrial de Comercio de Santa Cruz, arrestado en Miami mientras intentaba cobrar $9 millones de dólares de una transacción de droga.
  • Edwin Gasser, dueño del mayor ingenio azucarero del país y dirigente de la Liga Anticomunista Mundial (WALC), quien financió el golpe de 1980 junto con otros narcotraficantes.
  • Pedro Bleyer, presidente de la Cámara Industrial de Comercio de Santa Cruz, vinculado al financiamiento del narcotráfico en la región.
  • Sonia Atala, anfitriona de la reunión donde se organizó el golpe de Estado que llevó a García Meza al poder con dinero del narcotráfico.

El rol de la DEA y la Operación en Santa Cruz

El reportaje también expuso cómo la DEA llevó a cabo una operación encubierta en mayo de 1980 en Santa Cruz, en la que agentes disfrazados de compradores mafiosos adquirieron 850 libras de pasta base de cocaína, valorada en 300 millones de dólares.

El pago a Suárez sería de 9 millones de dólares, pero cuando su emisario, Alfredo Gutiérrez, intentó cobrarlo en un banco de Miami, fue arrestado. A pesar de los esfuerzos por extraditarlo, nueve declaraciones juradas de Bolivia, incluidas las del general Añía y el coronel Coca, testificaron en su favor, logrando reducir su fianza de $3 millones a $1 millón, tras lo cual huyó del país.

Caída del régimen y su impacto en Bolivia

A medida que se intensificaban las denuncias y la presión internacional, el gobierno de García Meza intentó mejorar su imagen ante la administración Reagan. Como resultado, en 1981, Luis Arce Gómez y Ariel Coca fueron destituidos de sus cargos. Sin embargo, Washington seguía considerando al propio García Meza como parte del entramado del narcotráfico en Bolivia.

En 1985, a través del texto «Conexiones Mafiosas»se identificaron cuatro grandes grupos organizados en Santa Cruz dedicados a la producción y exportación de cocaína. Entre los principales cabecillas estaban:

  • Hugo Banzer Suárez, quien operaba en San Javier y Río Grande, con ganancias de 480 millones de dólares en 1980.
  • Luis Arce Gómez, con operaciones en Okinawa, Monte Verde y Perseverancia, que generaban 640 millones de dólares anuales.
  • Waldo Bernal, a cargo de Yapacaní, Puerto Villarroel y Montero.
  • Luis García Meza, quien confiscaba droga y protegía a las demás organizaciones a cambio de grandes sumas de dinero.

El reportaje de «60 Minutes» marcó un hito en la exposición del narcotráfico en Bolivia y su relación con la dictadura. Santa Cruz quedó en el centro de la atención internacional como un punto clave en la red global de cocaína, un legado que seguiría impactando al país por décadas.

Autor