El negocio de la carne en Bolivia: crecimiento asegurado con o sin crisis

El negocio de la carne en Bolivia: crecimiento asegurado con o sin crisis

Agropecruz 2025 la carne en Bolivia

Agropecruz 2025, la feria agropecuaria internacional más importante de Bolivia, confirma el crecimiento del 17% en la participación de ganado cebuino, la venta de carne se consolida como uno de los pilares económicos del país. Pese a las fluctuaciones en la economía, la producción y comercialización de carne continúa en ascenso, un fenómeno impulsado por el modelo económico que favorece esta industria.

Del 2 al 6 de abril, el evento se llevará a cabo en la Feria de Exposición de Santa Cruz (Fexpocruz), reuniendo a más de 450 expositores en un espacio de 19.000 metros cuadrados. Se espera una asistencia de más de 40.000 visitantes, consolidando a Agropecruz como el epicentro de los agronegocios en Bolivia.

Crecimiento del sector ganadero en Bolivia: clave del modelo económico en Bolivia es la carne

El negocio de la carne en Bolivia se mantiene en crecimiento constante, incluso en momentos de crisis. El gobierno ha potenciado este sector, permitiendo su expansión con regulaciones que garantizan la producción y exportación del producto. En esta edición de Agropecruz, participan 58 cabañas ganaderas, la mayoría del departamento de Santa Cruz, reflejando el potencial del rubro.

Según Guillermo Agramont, coordinador técnico de la Asociación Boliviana de Criadores de Cebú (Asocebu), la participación de animales en Agropecruz creció significativamente. “Este año contamos con 720 animales, mientras que el año pasado fueron 621. Las razas bovinas cebuinas presentes en el evento incluyen Nelore, Nelore Mocho, Brahman, Sindi, Gyr y Girolando”, destacó Agramont citado en El Deber.

Agronegocios y control de precios de la carne

La feria no solo impulsa la producción y comercialización de carne, sino que también es un espacio estratégico para la discusión sobre políticas del sector. Este año, Agropecruz albergará el Simposio Latinoamericano de Ganado de Corte y la reunión de la Comisión Sudamericana para la Lucha Contra la Fiebre Aftosa (Cosalfa), fortaleciendo y liderando el diálogo regional sobre la industria ganadera.

Paralelamente, a dos meses del veto a nuevas autorizaciones de exportación de carne de res, el Gobierno mantiene la restricción, pese a que el precio del producto en el mercado interno ha comenzado a bajar. Según el viceministro de Políticas de Industrialización, Luis Siles, el precio de la carne presenta fluctuaciones, por lo que el Estado busca estabilizar la tendencia a la baja antes de liberar las exportaciones.

El Gobierno ha instruido a la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) la comercialización de carne a Bs 34,5 el kilo gancho, lo que ha impactado en el precio final para el consumidor, reduciéndolo a Bs 45 en algunos mercados. No obstante, en supermercados, la carne se sigue vendiendo por encima de Bs 60.

Bolivia y el futuro del mercado de la carne

A pesar de las restricciones temporales, el negocio de la carne en Bolivia sigue creciendo. El gobierno, los productores y las industrias trabajan en conjunto para garantizar un abastecimiento interno a precios competitivos, sin frenar el potencial exportador del sector.

El modelo económico vigente ha consolidado a la carne como una industria estratégica, permitiendo su crecimiento con o sin crisis. Agropecruz 2025 demuestra que la ganadería sigue siendo uno de los motores económicos del país, atrayendo inversores, tecnificación y oportunidades de negocio. Con o sin restricciones, la carne sigue siendo una apuesta segura en Bolivia.

Puedes leer: ¿Por qué marchan los jubilados todos los miércoles contra Milei?

Los privilegios de la agroindustria en Bolivia: Créditos preferenciales y beneficios fiscales

La agroindustria en Bolivia se ha consolidado como uno de los sectores más favorecidos por el Gobierno, accediendo a créditos preferenciales y beneficios fiscales que le permiten crecer incluso en tiempos de crisis económica. Mientras otros sectores enfrentan restricciones financieras y una alta carga impositiva, los grandes productores agrícolas y ganaderos gozan de facilidades que los mantienen en una posición privilegiada.

Créditos preferenciales: Tasas bajas y financiamiento flexible

Uno de los principales beneficios que recibe la agroindustria es el acceso a financiamiento con condiciones favorables. A través de programas gubernamentales como el Fondo de Financiamiento para el Desarrollo Productivo (FONDESIF) y el Fondo de Apoyo al Complejo Productivo Agropecuario (FONACPA), el sector agropecuario obtiene préstamos con tasas de interés reducidas y plazos de pago extendidos.

Además, entidades como el Banco de Desarrollo Productivo (BDP) han diseñado líneas de crédito especiales para grandes productores, permitiendo que accedan a capital sin los mismos requisitos exigidos a pequeños agricultores o a otros sectores de la economía.

Evasión fiscal y reducción de impuestos en la agroindustria

A pesar de los beneficios en financiamiento, la agroindustria también ha encontrado mecanismos para reducir su carga impositiva. A través de estrategias como la subfacturación de exportaciones, muchas empresas logran declarar ingresos menores a los reales, disminuyendo así los impuestos que deben pagar.

Otro beneficio clave es la exención o reducción de impuestos en la importación de maquinaria agrícola e insumos, lo que reduce sus costos operativos sin generar un impacto proporcional en la recaudación estatal. Programas como el Régimen de Incentivo a la Exportación (RIE) han permitido a los grandes exportadores acceder a devoluciones fiscales que no están disponibles para otros sectores productivos.

Un negocio rentable incluso en tiempos de crisis

Mientras Bolivia enfrenta una desaceleración económica y el Gobierno impone restricciones a la exportación de carne de res para regular los precios internos, la agroindustria continúa operando con ventajas. La ganadería, por ejemplo, sigue expandiéndose gracias a la flexibilidad en créditos y a la falta de controles efectivos sobre sus beneficios impositivos.

Estos privilegios han convertido al sector agroindustrial en un modelo de negocio resiliente, con un crecimiento sostenido a pesar de las fluctuaciones económicas. Sin embargo, la pregunta sigue abierta: ¿hasta qué punto estos beneficios están contribuyendo al desarrollo del país o simplemente fortaleciendo a un grupo reducido de empresarios con apoyo estatal?

Autor