El pan sube de precio, los ricos pagan menos impuestos: esta es la primera y más cruda radiografía del «capitalismo para todos» del nuevo gobierno de Rodrigo Paz. A solo días de que el presidente eliminara el Impuesto a las Grandes Fortunas en un “perdonazo” fiscal a la élite económica, su administración ha retirado la subvención a la harina, provocando que el precio de la marraqueta se dispare a 80 centavos y desatando un conflicto que amenaza con dejar a La Paz y El Alto sin el alimento básico de sus mesas.
Esta doble medida —alivio para los más adinerados y un golpe directo al bolsillo de las familias— expone la contradicción de un discurso que prometía beneficios para todos, pero que en la práctica ha comenzado por proteger los privilegios de unos pocos a costa del estómago de la mayoría.
“La Subvención ya se ha Levantado”: El Pan Sube su precio a 80 Centavos
Tras una tensa reunión con autoridades del nuevo gobierno, el secretario ejecutivo de la Federación de Panificadores de La Paz, Fernando Chambi, confirmó la noticia que más temían las familias: el fin de la subvención a la harina.
“La subvención ya se ha levantado, por lo tanto, hemos quedado en que el pan se queda en Bs 0,80”, afirmó Chambi, anunciando un paro de actividades en protesta por los “atropellos” de la Alcaldía paceña, que ha intentado forzar la venta al antiguo precio de 50 centavos.
Este incremento pone fin a una política de Estado que, durante más de una década, mantuvo artificialmente bajo el precio del pan de batalla, con un costo para el erario público de más de 1.000 millones de bolivianos anuales, según cifras de la anterior gestión de Emapa. El Estado cubría la diferencia entre el precio de mercado de la harina (más de Bs 240 por quintal) y el precio subvencionado al que se entregaba a los panificadores (Bs 130).
“Ya no estamos con la subvención, estamos comprando la harina del mercado negro (…) el Gobierno ya no nos puede imponer el precio del pan”, explicó Chambi, dejando claro que el nuevo precio de 80 centavos es irreversible.
Un “Perdonazo” a los Ricos: El Contraste con el Impuesto a las Grandes Fortunas
La decisión de eliminar un subsidio que beneficiaba directamente a la canasta familiar contrasta brutalmente con una de las primeras medidas económicas del gobierno de Rodrigo Paz: la abrogación del Impuesto a las Grandes Fortunas (IGF).
Mientras se le quita al pueblo un pan subvencionado, se les otorga un “perdonazo” fiscal a las 261 personas más ricas del país. La justificación del gobierno —que este impuesto “ahuyentaba la inversión”— ha sido duramente cuestionada por economistas como Stasiek Czaplicki Cabezas, quien la califica como un “gesto político” y un “reembolso” a las élites que apoyaron la campaña.
Esta doble vara de medir expone la verdadera naturaleza del ajuste económico en marcha:
- Para los ricos: Se eliminan impuestos, se perdona una contribución que recaudó casi 800 millones de bolivianos en cuatro años, bajo la desacreditada teoría del “efecto goteo”.
- Para el pueblo: Se eliminan subsidios a productos de primera necesidad, se sinceran los precios y se transfiere el costo de la crisis directamente al consumidor final.
El “Capitalismo para Todos”: Un Eslogan que se Cae a Pedazos
El eslogan de campaña de Rodrigo Paz, “capitalismo para todos”, enfrenta su primera gran prueba de realidad. El vicepresidente Edmand Lara, en una muestra de la creciente tensión interna, ya expresó que al gobierno “le está faltando” complementar estas medidas con una reducción del IVA para la gente común.
Sin embargo, las primeras decisiones apuntan en la dirección opuesta. La subida del pan es solo el primer síntoma de un “doloroso ajuste” que, como advierten informes de Oxfam y la Fundación Jubileo, golpeará desproporcionadamente a los más vulnerables.
En menos de un mes, el “capitalismo para todos” parece haberse traducido en un capitalismo para los mismos de siempre: un modelo donde los ricos pagan menos impuestos, el agronegocio controla las tierras y las familias populares pagan un pan más caro.
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