En un tenso y definitorio debate presidencial de cara a la segunda vuelta del 19 de octubre, Rodrigo Paz y Jorge «Tuto» Quiroga chocaron frontalmente sobre las recetas para sacar a Bolivia de la crisis, exponiendo dos visiones antagónicas sobre el rol del FMI, el futuro de los subsidios y la reforma del Estado.
Mientras Quiroga defendió una inyección inmediata de 12.000 millones de dólares liderada por organismos internacionales para frenar la «hemorragia», Paz rechazó la idea, proponiendo «ordenar la casa» primero y acusando a su rival de querer aplicar «recetas de los 90». El histórico encuentro, el primero de un balotaje en Bolivia, estuvo marcado por propuestas económicas de choque, promesas de reforma judicial y duros ataques personales que definieron el tono de la última semana de campaña.
El Dólar y el FMI: el Debate Presidencial dejó en claro, endeudarnos para «sacarnos» de al deuda
El primer y más álgido punto de confrontación fue cómo resolver la escasez de dólares. Tuto Quiroga fue directo: la única solución es un masivo «salvataje de balanza de pagos» con un programa de apoyo internacional.
«Si no tenemos una inyección sustancial de dólares al principio de la gestión, la devaluación va a seguir trepando. (…) Se requiere esa inyección de dólares. Es al principio si queremos restablecer la confianza», afirmó Quiroga, asegurando que ya ha conversado con el FMI, Banco Mundial y BID para obtener «préstamos baratos» que permitan acabar con las colas y devolver los depósitos a los ahorristas. Rodrigo Paz rechazó de plano esta estrategia, calificándola como un plan para beneficiar a los poderosos y una repetición de modelos pasados.
«Yo no voy a ir al Fondo Monetario Internacional a pedir 12.000 millones de dólares que después llegarán al país y a los primeros que les voy a entregar es a un grupo llamado ristas donde el 75% son empresas», replicó Paz.
En su lugar, propuso utilizar más de 3.500 millones de dólares en créditos ya aprobados pero no ejecutados por el gobierno actual, y establecer un sistema de «banda cambiaria» flexible, en contraposición al modelo de tipo de cambio único de su rival.
Subsidios y Medidas Sociales: La Polémica por el Precio de los Combustibles
El segundo gran choque se dio en torno al futuro de los subsidios a los hidrocarburos. Quiroga presionó a Paz para que aclarara las posturas contradictorias dentro de su equipo sobre si se levantaría o no la subvención, preguntando directamente: «¿A cuánto va a subir la tarifa del transporte público?». Paz respondió que el actual sistema es un foco de corrupción y contrabando, y que su plan es focalizar los subsidios para que solo beneficien a quienes realmente lo necesitan.
«De los subsidios que tenemos, el 60% se le da a gente que no necesita, que puede pagar, y el otro 20% se va en contrabando y corrupción. Nosotros le vamos a dar a la gente que necesita, a esos vulnerables», explicó, sin dar una cifra sobre el futuro precio de los combustibles. Quiroga, por su parte, prometió crear un «colchón social» con los recursos obtenidos del financiamiento externo, a través de programas de empleo temporal como el PIE y el PLANE, y detener la inflación, a la que calificó como «el mayor costo social».
Debate Presidencial: vamos rumbo a cambiar la Constitución
Ambos candidatos coincidieron en la necesidad urgente de una reforma judicial basada en la meritocracia y la digitalización. Quiroga incluso propuso empezar a trabajar en una reforma a la Constitución a partir del 20 de octubre con las nuevas bancadas electas, un reto que Paz aceptó, proponiendo instalar un «gran encuentro por la justicia» el 9 de noviembre en Sucre.
Sin embargo, el consenso se rompió con duros ataques personales. Paz acusó a Quiroga de haberse beneficiado de un «perdonazo» de Evo Morales y le pidió que, si pierde, «se quede en el país» para ayudar. Quiroga respondió airadamente: «No mientas más. Es lo mismo que decía García Linera (…) Aquí estoy, aquí me quedan, si quieren me encierran y aquí me entierran».
Hidrocarburos y Litio: De la «Propiedad Popular» a las Químicas Básicas
En el último bloque, Quiroga defendió su propuesta de «Propiedad Popular», una reedición de la capitalización que, según él, entregaría a cada boliviano mayor de 18 años un título de propiedad sobre las empresas estratégicas (YPFB, YLB, etc.) con un valor estimado de 1.500 dólares.
Paz desestimó la idea, comparándola con las promesas incumplidas de Goni Sánchez de Lozada. «No hay reservas certificadas de litio, por ende no se puede sustentar esa propuesta», afirmó. En su lugar, propuso un «Plan Nacional de Químicas Básicas» para industrializar el gas, los minerales y el agua, y una nueva ley de hidrocarburos con contratos de riesgo compartido «50 a 50». El debate concluyó con un llamado a la unidad y un apretón de manos, pero dejó en evidencia dos proyectos de país antagónicos que los bolivianos deberán elegir en siete días.
El Debate Presidencial fue demagogia pura
El debate presidencial de la segunda vuelta boliviana fue, en esencia, un choque entre dos paradigmas económicos que ya han sido probados en el país, ambos adaptados retóricamente para una crisis del siglo XXI. Si bien ambos candidatos diagnosticaron correctamente los síntomas de la enfermedad —escasez de dólares, inflación galopante, colas por combustible y un Estado ineficiente—, sus propuestas de tratamiento oscilaron entre el manual de terapia de choque neoliberal y una promesa de reordenamiento interno con serias inconsistencias técnicas, ambos envueltos en una considerable dosis de demagogia.
Quiroga: La Terapia de Choque y la Demagogia del «Salvataje»
La propuesta de Jorge «Tuto» Quiroga es técnicamente la más directa y ortodoxa para atacar la raíz del problema inmediato: la falta de dólares. Su plan de un «salvataje de balanza de pagos» de 12.000 millones de dólares, liderado por el FMI, es la receta clásica para crisis de este tipo.
¿Es una solución? NO. Una inyección masiva de divisas permitiría estabilizar el tipo de cambio, reponer las reservas, pagar la importación de combustibles y restaurar la confianza en el sistema financiero de manera rápida. Es una solución de manual. Pero no generamos dólares, si ese es e lproblema inicial.
¿Dónde está la demagogia? En minimizar u omitir el costo social de esta receta. Quiroga habla de «préstamos baratos» y evita la palabra «austeridad», pero un acuerdo con el FMI de esa magnitud inevitablemente vendría con duras condicionalidades: recorte drástico del gasto público (despidos), privatización o cierre de empresas estatales (como él mismo propone), eliminación de subsidios (lo que dispararía los precios) y reformas estructurales pro-mercado.
Su promesa de un «colchón social» con la monetización de esos dólares es real, pero suele ser insuficiente para compensar el impacto del ajuste en los sectores más vulnerables. La «Propiedad Popular» de $1.500 es un eslogan atractivo, una reedición de la Capitalización de los 90, cuyo valor es una estimación incierta y que en la práctica podría llevar a una rápida concentración de la propiedad en pocas manos, ya que las familias necesitadas serían las primeras en vender sus acciones a bajo precio.
Paz: El Soberanismo Técnico y la Demagogia del «Dinero sin Dolor»
La propuesta de Rodrigo Paz apela a un sentimiento de soberanía y a una solución menos traumática: «ordenar la casa» primero, sin recurrir al FMI.
¿Es una solución? Su diagnóstico sobre el despilfarro estatal es correcto. Recortar gastos superfluos y reasignar presupuestos es necesario. Sin embargo, su propuesta presenta una falla técnica fundamental. ¿Dónde está la demagogia? En hacer creer que la crisis de dólares se soluciona recortando gastos en bolivianos. El problema central de Bolivia no es la falta de moneda local (el BCB la emite sin respaldo), sino la ausencia de divisas. Recortar el presupuesto del Ministerio de la Presidencia libera bolivianos, no genera los dólares necesarios para importar diésel.
Su argumento de que hay 3.500 millones de dólares en créditos «ya aprobados» también es engañoso; muchos de esos créditos están atados a proyectos específicos y no son fondos de libre disponibilidad para balanza de pagos. Su idea de una «banda cambiaria» es técnicamente válida, pero requiere un Banco Central con suficientes reservas para intervenir y defender el piso y el techo de la banda, reservas que Bolivia actualmente no posee.
No dan soluciones
El debate presidencial dejó claro que ninguno de los dos candidatos fue completamente honesto sobre los sacrificios que implicarán sus planes. Quiroga ofrece una solución rápida pero dolorosa, ocultando la magnitud del ajuste que vendría con el FMI. Paz ofrece una solución aparentemente indolora y soberana, pero que técnicamente no resuelve el problema de fondo de la escasez de dólares. El electorado boliviano se enfrenta a una elección entre una cirugía mayor sin anestesia (Quiroga) y un tratamiento homeopático cuya eficacia es, en el mejor de los casos, dudosa (Paz). En ambos casos, la demagogia consistió en prometer una salida de la crisis sin explicar con honestidad el costo real que la población deberá pagar.
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