El Ejército Boliviano ha negado categóricamente la existencia de un plan denominado «Batalla Final» para intervenir el Trópico de Cochabamba y capturar al expresidente Evo Morales, en un contexto de creciente tensión política donde el Gobierno alega la presencia de «escudos humanos» que dificultan una orden de aprehensión y mientras el Pacto de Unidad, afín a Morales, anuncia una «pausa humanitaria» en los bloqueos tras semanas de conflicto. Esta situación se desarrolla en medio de acusaciones cruzadas y un saldo de violencia que ha dejado muertos y heridos, principalmente en Potosí y Cochabamba.
Desmentido Oficial del Ejército sobre Supuesta Operación Militar «Batalla Final»
El Comando General del Ejército de Bolivia emitió un comunicado oficial desmintiendo rotundamente las versiones, difundidas inicialmente por radio Kawsachun Coca, sobre una presunta operación militar denominada «La Batalla Final». Según estas versiones, el plan incluiría la intervención de Lauca Eñe para capturar a Evo Morales, e incluso presiones a comandantes con incentivos de ascensos.
«No existe ninguna operación militar denominada La «Batalla Final», ni se ha emitido orden alguna para intervenir militarmente la zona de Lauca N», aseguró la institución castrense. Además, negó cualquier movilización de unidades con fines distintos a «la seguridad, defensa, desarrollo y el bienestar de la población boliviana», y desmintió presiones internas o condicionamientos a su personal. El Ejército exhortó a la ciudadanía y medios a recurrir a fuentes oficiales para evitar la desinformación.
Gobierno Denuncia «Escudos Humanos» y Dificultades para Aprehender a Morales en el Trópico
Paralelamente, el ministro de Gobierno, Roberto Ríos, afirmó que la orden de aprehensión contra el expresidente Evo Morales sigue vigente, pero su ejecución se ha visto obstaculizada por la presencia de «escudos humanos» en el Trópico de Cochabamba. Según Ríos, intervenir en la zona representa un alto riesgo para la vida de efectivos y civiles. «El momento que se tenga la oportunidad y se evalúe que el riesgo es mínimo y no se pone en peligro vidas humanas, se va a dar cumplimiento a la orden», sostuvo.
El ministro atribuyó el aislamiento de Morales en la región a una decisión personal del exmandatario y criticó la postura de Andrónico Rodríguez por no firmar un acta para pacificar el país. Ríos reiteró la apuesta del gobierno de Luis Arce por la unidad y el diálogo.
«Pausa Humanitaria» en Bloqueos Tras Semanas de Conflicto y Violencia en Bolivia
Tras dos semanas de intensas movilizaciones y bloqueos de carreteras que no lograron la habilitación de Evo Morales como candidato, el Pacto de Unidad, conformado por organizaciones afines al expresidente, anunció una «pausa humanitaria». Esta decisión se tomó tras la muerte de seis personas (cuatro policías y dos civiles) en enfrentamientos durante los desbloqueos, principalmente en Llallagua (Potosí) y Cochabamba.
Aunque la mayoría de las rutas están transitables, persistían algunos puntos de bloqueo en el tramo Cochabamba-Santa Cruz. Las organizaciones acusan al Gobierno de «quiebra económica» y «represión brutal», exigiendo una investigación internacional sobre la violencia y anunciando nuevas medidas de presión como cacerolazos y marchas. También demandan a la Asamblea Legislativa no aprobar más créditos internacionales.
Responsabilidades Cruzadas y el Saldo de las Protestas
El ministro Roberto Ríos responsabilizó directamente a Evo Morales por las muertes y heridos, afirmando que «se lava las manos con la sangre de los bolivianos» y lo señaló como autor intelectual de las movilizaciones. Informó sobre 143 arrestos y aprehensiones, y la identificación de autores materiales e intelectuales.
Por su parte, Evo Morales se declaró «enemigo de los bloqueos», atribuyendo la convocatoria al Pacto de Unidad y asegurando que lo ocurrido en Llallagua fue un «montaje» para culpar al movimiento campesino.
La ministra de Salud, María Renée Castro, reportó 203 heridos durante los conflictos (108 policías, 16 personal de salud y 79 civiles), con diagnósticos que incluyen traumatismos craneoencefálicos y heridas de bala. Calificó los ataques a ambulancias y personal de salud como criminales. Entre las víctimas fatales se cuentan policías por heridas de bala y explosivos, un joven acusado de ser informante y otro civil por impacto de bala.
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