Durante años nos contaron que el primer grito libertario en América Latina ocurrió en Sucre el 25 de mayo de 1809. Pero los documentos y el análisis histórico, como el expuesto por Charles W. Arnade en La dramática insurgencia de Bolivia, revelan una verdad mucho más provocadora: el verdadero grito libertario fue en La Paz, el 16 de julio de 1809, y estuvo orquestado por la Real Audiencia de Charcas con una estrategia legal de independencia que cambiaría el rumbo de la historia, no solo para Bolivia sino para toda la región.
¿Qué dice la historia oficial?
La narrativa tradicional sostiene que la Revolución de Chuquisaca fue el “primer grito libertario” del continente, impulsado por un movimiento popular que reaccionó al vacío de poder generado en España tras la invasión napoleónica. Pero esta versión omite el trasfondo legal, político y filosófico que realmente motivó los sucesos.
La Real Audiencia de Charcas: poder judicial y político
Orígenes y autonomía
Fundada en 1551 y asentada en La Plata (hoy Sucre), la Audiencia de Charcas fue la segunda institución judicial más antigua de América, junto a su vecina Universidad San Francisco Xavier (1621). Su autonomía brotaba de su jurisdicción: desde la costa pacífica hasta el Atlántico, sin rendir cuentas a ningún virreinato ni a la Iglesia. Era la instancia máxima para emitir decretos y sentencias en nombre de la Corona española.
Rivalidades con el Virreinato de Lima y disputas internas dotaron a Charcas de un espíritu rebelde: sus miembros imponían que si te cruzabas en la calle debías cederles el paso y saludarlos, ostentando su jerarquía legal.
Napoleón: Previo al grito libertario
En 1808, Napoleón Bonaparte invadió España, depuso a Fernando VII y encarceló a Carlos IV, colocando a su hermano José I (Pepe Botellas). Ante el caos, la resistencia se organizó en Sevilla defender a Carlota Joaquina, hija de Fernando VII casada con el rey de Protugal. Esta Junta española instó a las colonias a jurar lealtad a la Casa de Borbón.
Pero la Audiencia de Charcas, respaldada por la Ley Sálica (que prohibía reinar a las mujeres), rechazó jurar a Carlota y declaró que solo reconocería a Fernando VII. En esa tensión legal germinó la voluntad de autonomía y, finalmente, la independencia.
Además Carlota había huido a Brasil desde Portugal, por lo que se pretendía gobernar desde un país extranjero considerado enemigo, esto también contradecía las leyes y el espíritu de obediencia.
¿Qué ocurrió realmente el 25 de mayo y en el grito libertario?
El levantamiento en Chuquisaca fue más una revuelta institucional que una rebelión popular. Fue promovido por la aristocracia local, los oidores de la Audiencia de Charcas, jueces en la época, y los estudiantes de la Universidad San Francisco Xavier —la segunda en antiguedad en el continente—, que se oponían a la idea de jurar lealtad a Carlota Joaquina de Borbón, hermana del rey Fernando VII y casada con el monarca portugués.
El presidente de la Intendencia de Chuquisaca, Ramón García León de Pizarro, y el arzobispo Benito María de Moxó intentaron forzar el juramento a Carlota, pero los cabildantes y jóvenes ideólogos como Jaime y Manuel Zudañez, junto a Bernardo Monteagudo, se negaron. El arresto de Jaime Zudañez fue el catalizador para el levantamiento. Sin embargo, no fue una revolución contra España, sino una maniobra legal para defender la autonomía de Charcas y el nombre del rey Fernando VII cautivo por Napoleón.
La Paz y el verdadero grito libertario
Fue recién el 16 de julio de 1809 cuando Pedro Domingo Murillo y los radicales paceños rompieron abiertamente con el dominio español, declarando que “el hilo de la independencia se ha cortado” y conformaron la Junta Tuitiva, un gobierno autónomo con intenciones independentistas claras.
Esta insurrección sí representó una ruptura con la Corona española y es, por derecho propio, el verdadero primer grito libertario de América Latina. Pero fue un error de estrategia, que se pagó caro, colgaron a Pedro Domingo Murillo por no seguir la estrategia de Charcas.
Consecuencias y traición
El Virreinato del Perú respondió con fuerza: la revuelta fue aplastada, los líderes ejecutados y la Audiencia de Charcas fue intervenida militarmente. Sin embargo, el plan trazado por los juristas chuquisaqueños sirvió de modelo para otras gestas que supieron organizarse mejor. Mariano Moreno, un exalumno de la Universidad San Francisco Xavier, replicó la estrategia legal en Buenos Aires el 25 de mayo de 1810, donde se instauró el primer gobierno argentino.
Porque reconocer que La Paz fue la cuna del primer movimiento abiertamente independentista en Sudamérica revaloriza el papel de Bolivia en la historia continental. Pero también demuestra la poca estrategia de las élites en eso momento y lo importante de actuar con estrategia y un plan. Chuquisaca no fue un alzamiento espontáneo del pueblo, sino una maniobra jurídica liderada por intelectuales que buscaban autonomía sin romper directamente con la corona.
Lo que ocurrió en Bolivia fue mucho más profundo y audaz de lo que se nos enseñó. La historia oficial necesita una revisión urgente. La maniobra de la independencia no nació en una plaza con vítores y discursos, sino en las aulas de derecho, en las audiencias legales y en la lógica de una élite jurídica que desafió al imperio desde adentro.
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