Por segundo día consecutivo, afiliados a la Federación Nacional de Cooperativas Mineras (Fencomin) mantienen bloqueos en el centro de La Paz en demanda de atención directa del presidente Luis Arce, marcando así un nuevo capítulo de presión al Gobierno en medio de una creciente crisis económica y proyecciones poco alentadoras para 2025.
Desde tempranas horas del jueves, las avenidas Camacho y Mariscal Santa Cruz permanecen bloqueadas pese a los intentos de la Policía de despejar la zona con gases lacrimógenos la noche anterior. Los mineros exigen diálogo exclusivo con el presidente Arce, descartando cualquier encuentro con ministros por considerar que “las instancias previas ya se agotaron” y los compromisos no se cumplieron.
¿Qué exigen los mineros cooperativistas de Fencomin?
Fencomin presentó un pliego de 17 demandas, entre las que destacan:
- Venta regular de explosivos,
- Abastecimiento garantizado de combustibles,
- Pago en dólares por la comercialización de minerales.
“Si no es con el Presidente, no vamos a dialogar; estamos siendo bien claros”, advirtió el dirigente Óscar Chavarría tras abandonar una reunión con tres ministros.
Durante la jornada, el Gobierno volvió a convocar a los dirigentes a una mesa de diálogo a las 19:00 con la presencia de los ministros de Minería, Salud, Medio Ambiente, Hidrocarburos y Defensa. No obstante, la ausencia de Arce provocó un nuevo rechazo por parte del sector minero, que anunció vigilia indefinida y la posibilidad de radicalizar sus medidas de presión.
“Vamos a permanecer en La Paz y pedimos comprensión. Si no hay respuesta concreta del Presidente, vamos a radicalizar el movimiento”, sostuvo el dirigente Josué Caricari.
Proyecciones económicas negativas agravan el conflicto
La protesta minera ocurre en un contexto marcado por preocupantes previsiones económicas para Bolivia, reveladas por organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).
El FMI anticipa una inflación del 15,1% en 2025, mientras que el BM estima un crecimiento del PIB de apenas 1,2%, cifras que contrastan con las optimistas proyecciones del Gobierno boliviano que prevé un 3,5% de crecimiento.
Además, el déficit fiscal persistente y la escasez de divisas han encendido las alarmas. El economista Óscar Mario Tomianovic calificó este escenario como una “bomba de tiempo” para el nuevo Gobierno, advirtiendo que la continuidad del déficit será financiada por deuda interna y emisión monetaria.
Por su parte, el economista Alberto Bonadona alertó sobre un posible escenario hiperinflacionario: “Podríamos superar el 25% de inflación en 2025”, sostuvo.
Respuesta del Gobierno y medidas de contención a Fencomin
El Ministerio de Economía respondió a estas proyecciones señalando que en 2023 los organismos internacionales también erraron, ya que Bolivia cerró con un crecimiento del 3,1%, superior a lo previsto. Asimismo, recordó que el país logró 2,1% de crecimiento en 2024 pese a los bloqueos que ocasionaron más de $us 3.000 millones en pérdidas.
El Ejecutivo explicó que la inflación se ha visto afectada por factores externos, especulación interna y el cambio climático. Frente a ello, se adoptaron medidas como:
- Ferias de precio justo,
- Intervenciones de Emapa,
- Lucha contra la especulación y el contrabando,
- Reducción temporal de aranceles.
“El Gobierno está comprometido en proteger el ingreso familiar y mantener precios estables”, señaló la cartera de Economía.
Mientras la presión de los mineros cooperativistas se intensifica en demanda de atención directa del Presidente, la economía nacional muestra signos de vulnerabilidad que amenazan con agudizar los conflictos sociales. El deterioro del poder adquisitivo, la escasez de dólares y el bajo crecimiento económico configuran un entorno tenso que podría derivar en nuevas olas de protesta si el Gobierno no logra articular respuestas concretas y sostenibles.
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