«Hasta las rodillas en cocaína»: Revelan oscura verdad sobre la película ‘Popeye’ de Robin Williams (1980)

"Hasta las rodillas en cocaína": Revelan oscura verdad sobre la película 'Popeye' de Robin Williams (1980)

Popeye cocaína y Robin Williams

Una impactante revelación sobre el clásico cinematográfico infantil Popeye de 1980 ha salido a la luz: Barry Diller, exdirector ejecutivo de Paramount Pictures, afirmó que el set de la película musical estuvo invadido por el consumo de drogas, llegando al extremo de usar los propios rollos de película para el contrabando. El rodaje, llevado a cabo en la pintoresca isla de Malta, estuvo marcado por esta oscura realidad que, según Diller, era imposible de ignorar, en declaraciones recientes que han conmocionado al mundo del cine.

Barry Diller, durante una entrevista en el centro cultural 92Y con Anderson Cooper, sorprendió al público al detallar el ambiente en el set protagonizado por Robin Williams y Shelley Duvall. «Estaba hasta las rodillas en cocaína», aseguró el magnate de los medios, añadiendo: «No podías escapar de ello. Todos estaban drogados». Esta situación, según Diller, fue una constante durante la producción de la recordada comedia musical basada en el popular personaje de historieta.

Contrabando en latas con cocaína de película de Popeye

La logística del rodaje en Malta implicaba enviar diariamente los rollos de película a Los Ángeles para su revelado. Sin embargo, el equipo de Paramount descubrió una verdad perturbadora: «Las latas de película en realidad se usaban para enviar cocaína de ida y vuelta al set», afirmó Diller, exponiendo la magnitud del problema que trascendía el simple consumo.

Diller incluso bromeó sobre cómo los efectos de las drogas parecían reflejarse en el ritmo de la película: «Piensen en la velocidad de los discos de vinilo. Si 33 rpm es la velocidad estándar para reproducir un LP, esta es una película que se reproduce a 78 rpm», señaló, sugiriendo que el frenesí del set se trasladó a la pantalla.

Testimonios confirman el ambiente con drogas

La versión de Diller no es la única. El músico Van Dyke Parks, compositor de la banda sonora de Popeye, ya había mencionado anteriormente la omnipresencia de la cocaína. En una entrevista con The Telegraph, Parks relató haber encontrado una bolsa de cocaína escondida dentro de un walkie-talkie mientras cambiaba la batería. «Recuerdo que me sentí incómodo, porque sabía que influiría en el comportamiento de la gente y en las dificultades de la producción, incluso en los puestos más altos», afirmó Parks.

El texto original también menciona la lucha de Robin Williams contra la adicción a la cocaína durante esa época, aunque el actor logró recuperarse años después. Shelley Duvall, por su parte, sufrió emocionalmente durante la producción, aunque no se ha confirmado su involucramiento en el consumo de sustancias.

Robert Evans y los excesos de producción

Una figura clave en el desorden del set de Popeye fue el productor Robert Evans, conocido por éxitos como El Padrino. Evans tenía un historial notorio con las drogas. Según Parks, estuvo cerca de ser arrestado cuando su equipaje lleno de cocaína desapareció en un aeropuerto durante el rodaje. Aunque Evans fue arrestado posteriormente por cargos no relacionados directamente con la película, él mismo reconoció en una entrevista en 1994: «Bob ‘Cocaine’ Evans es como seré conocido hasta la tumba».

Las impactantes revelaciones de Barry Diller, recogidas en el contexto de la promoción de su biografía «Who Knew», pintan un cuadro sombrío de la producción de una película que muchos recuerdan con cariño. La «oscura verdad» detrás de cámaras contrasta fuertemente con la inocencia aparente de la historia de Popeye el Marino.

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