La Pluma o La Espada nace, comienza por una necesidad de tener un espacio arrebatado por empresas que lucran con el periodismo lejos de la gente. En Bolivia y Latinoamérica gobiernan con fuerza o con mentiras, a veces se eligen los medios, otras veces el uso de la fuerza, ambos coaccionan al pueblo, lo limitan de elegir con libertad y transparencia.
Qué es más fuerte, los medios o las bombas, qué tiene más peso, la letra o la bala, La Pluma o La Espada, eso lo veremos, pero alzaremos el símbolo otras veces las armas, desde acá nuestra trinchera, porque creemos que las palabras, las palabras honestas tiene repercusión en la sociedad.
Debido a esto declaramos este proyecto fuera de las mentiras de los medios hegemónicos. No somos objetivos, ni imparciales, somos humanos, bolivianos, y sobre todo en contra de la asimetría social.
Estamos a favor de las luchas reivindicatorias de las mujeres, de los pueblos olvidados mal llamados indígenas, de la trabajadora y el trabajador, de la cultura, del medio ambiente y su riqueza, del oprimido por las fuerzas del poder, ya sea público o privado, somos de izquierda, se debe entender y leer de esa forma, creemos en la transparencia y que los lectores sepan desde dónde se les escribe y alineados a qué estamos.
El lector merece saber desde dónde se le escribe, cómo se identifica el medio y de dónde consigue recursos para mantenerlo, asimismo los periodistas deben recuperar la vocación de servicio, no al Estado ni al empresario sino a la gente. La comunicación para el servicio, en contra de la comunicación para la voluntad del poder.
Ni dioses en el cielo ni amos en la Tierra
