La candidatura del Partido Demócrata Cristiano (PDC) navega en un mar de contradicciones, con un discurso doble que choca frontalmente: mientras el aspirante a vicepresidente, Edman Lara, promete una «alianza con el pueblo» y una victoria con más del 50% impulsada por el sector popular, el equipo económico de Rodrigo Paz, liderado por José Gabriel Espinoza, anuncia un plan de ajuste que descarta el aumento de bonos a corto plazo y anticipa el fin de la subvención a los combustibles. Esta dualidad de mensajes se produce tras una crisis interna que casi fractura la fórmula, dejando al descubierto dos visiones opuestas dentro del mismo proyecto.
La Promesa Populista vs. la Realidad Macroeconómica El discurso de Edman Lara está claramente dirigido a la base electoral popular y rural, con promesas de un cambio radical y una conexión directa con la gente, sin intermediarios políticos.
«Nuestra fuerza está en el sector popular y en el área rural», expresó Lara, asegurando que su «alianza es con el pueblo» y no con otros partidos.
Sin embargo, esta narrativa se quiebra al escuchar al cerebro económico de la campaña, José Gabriel Espinoza, exdirector del BCB durante el gobierno de Jeanine Áñez. Consultado sobre la viabilidad de incrementar la Renta Dignidad a 2.000 bolivianos, una propuesta clave de campaña, Espinoza fue tajante:
“Esto probablemente no sea posible en el corto plazo, porque lo primero que se tiene que hacer es estabilizar la macroeconómica”, declaró en Erbol.
El plan de Espinoza, lejos de las promesas de Lara, se asemeja más a un programa de estabilización ortodoxo: Fin de la Subvención: Anticipó que el próximo gobierno «probablemente deba levantar la subvención al diésel y eventualmente también a la gasolina». Ajuste Fiscal: Señaló la urgencia de estabilizar las cuentas fiscales, que hoy tienen un déficit superior al 10% del PIB. Prioridad: Reconstruir las reservas internacionales y controlar la inflación antes de pensar en aumentar las rentas.
Crisis Interna y Unidad Forzada en PDC: La Tensión por el Equipo de Paz}
Estas contradicciones programáticas tienen su origen en una tensión interna que se hizo pública. Edman Lara amenazó con romper la fórmula presidencial debido a su descontento con el equipo que rodea a Rodrigo Paz, mencionando explícitamente a José Gabriel Espinoza, Dardo Gómez, Andrés Torrez y Aldo Medinacelli.
Aunque Lara luego se retractó afirmando estar «tranquilo» y «totalmente convencido de la honestidad» de Paz, la fractura quedó expuesta.
El propio Rodrigo Paz respondió con frialdad, afirmando que mantiene una «relación abierta» con su dupla y que si Lara quiere tomar una decisión, «seguramente lo hará», una frase que denota distancia más que unidad.
La crítica inicial de Lara al equipo de Paz, y en particular a Espinoza (exasesor de Samuel Doria Medina y exfuncionario del gobierno de Áñez), revela el choque entre la promesa de una «alianza con el pueblo» y la realidad de un equipo técnico con un claro perfil político y económico tradicional, alejado del discurso populista del candidato a vicepresidente. Mientras Lara amenaza a la prensa y promete una victoria arrolladora basada en el apoyo popular, su propio equipo económico prepara al país para un ajuste que impactará directamente en el bolsillo de ese mismo «pueblo» al que dicen representar.
También puedes leer: El Modelo de JP Velasco: Invitar a Elon Musk y Mercado Libre, Gigantes Acusados de Precarización Laboral