El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha calificado la interceptación de la Flotilla Global Sumud como un «nuevo crimen internacional de Netanyahu» y ordenó la expulsión inmediata de toda la delegación diplomática de Israel en Bogotá, además de denunciar el tratado de libre comercio.
La drástica medida se produjo tras la detención de dos ciudadanas colombianas, Manuela Bedoya y Luna Barreto, a bordo de la misión humanitaria que intentaba llevar ayuda a Gaza y que fue abordada por fuerzas israelíes en aguas internacionales. El incidente, que también resultó en la detención de la activista sueca Greta Thunberg y cientos de pacifistas de diversas nacionalidades, ha desatado una ola de condenas diplomáticas desde la ONU, Europa y el mundo árabe, que acusan a Israel de violar el derecho internacional y de agravar la catástrofe humanitaria en la Franja.
El Abordaje en Aguas Internacionales: «Un Acto ilegal» a la flotilla que iba rumbo a Gaza
La Flotilla Global Sumud (GSF), compuesta por 39 barcos cargados con ayuda humanitaria simbólica, fue interceptada por la Armada israelí a unas 70 millas náuticas (130 km) de la costa de Gaza, una zona considerada aguas internacionales donde Israel no tiene jurisdicción. Los activistas denunciaron que Israel «dañó deliberadamente sus comunicaciones» para impedirles emitir señales de socorro y transmitir en vivo lo que calificaron como un «abordaje ilegal».
Según la GSF, las fuerzas israelíes embistieron una de las embarcaciones y utilizaron cañones de agua contra otras. «Atacarán una misión civil pacífica porque el éxito de la ayuda humanitaria supone el fracaso de su asedio», denunció la organización, calificando la acción no como un acto de defensa, sino como un «acto descarado de desesperación». Tras la interceptación, los aproximadamente 400 activistas, incluyendo a Greta Thunberg, fueron trasladados al puerto israelí de Ashdod para ser procesados y deportados.
Expertos en derecho internacional y organizaciones de derechos humanos como Adalah han expresado su «seria preocupación» de que los detenidos sean tratados con mayor dureza que en misiones anteriores, enfrentándose a instalaciones de máxima seguridad como la prisión de Ketziot.
La Furia de Petro: Expulsión, Denuncia de TLC y «Crimen Internacional»
La respuesta del presidente colombiano, Gustavo Petro, fue una de las más contundentes a nivel global. A través de su cuenta de X, no solo condenó la acción, sino que anunció una ruptura diplomática y comercial total con Israel.
«Si es cierta está información, hay un nuevo crimen internacional de Netanyahu. Han sido detenidas en aguas internacionales dos ciudadanas colombianas (…) La Cancillería debe hacer todas las demandas respectivas, incluso en la Justicia israelí», escribió el mandatario. Las órdenes de Petro fueron inmediatas y de un calado sin precedentes en la relación bilateral:
1. Expulsión de la delegación diplomática israelí.
2. Denuncia inmediata del Tratado de Libre Comercio con Israel.
3. Exigencia de la liberación de las dos ciudadanas colombianas.
Una Ola de Condenas Internacionales: De la ONU a Europa por la interceptación flotilla rumbo a Gaza
La acción de Israel provocó un tsunami de reproches diplomáticos. La comunidad internacional condenó el abordaje y exigió la liberación de los activistas y el fin del bloqueo a Gaza.
ONU: El Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Volker Türk, pidió a Israel «levantar urgentemente el bloqueo sobre Gaza y permitir la entrada de material vital».
Turquía: Calificó el ataque como un «acto terrorista» que puso en peligro la vida de civiles.
Irlanda: El viceprimer ministro, Simon Harris, lo describió como «muy preocupante», destacando que era una «misión pacífica para arrojar luz sobre una horrible catástrofe humanitaria».
Qatar: Condenó la interceptación, pidió la liberación inmediata de los detenidos y exigió que «los responsables rindan cuentas».
Unión Europea: El Partido Verde Europeo condenó enérgicamente la acción, calificándola como una «clara violación del derecho internacional» y exigiendo un alto el fuego inmediato. Mientras la diplomacia se agita, la situación en Gaza sigue siendo crítica. El mismo día de la interceptación, ataques israelíes en Deir el-Balah y Ciudad de Gaza dejaron al menos una docena de muertos, recordando al mundo la urgencia de la misión que la flotilla intentaba cumplir.
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