El precio de la carne de res en Bolivia continúa su escalada, impulsado principalmente por un vasto sector cárnico no regulado que alcanza el 70% y fomenta la especulación y el contrabando, según autoridades. Mientras el Gobierno intenta controlar una minoría del mercado y los consumidores sufren el encarecimiento, sectores como la banca y el agronegocio en Bolivia reportan ganancias crecientes, evidenciando un sistema donde la crisis parece beneficiar a unos pocos a expensas de la mayoría, incluso con el presunto uso de fondos de la Gestora Pública para financiar estas operaciones.
Alza Imparable del Precio de la Carne en Bolivia: El Impacto del Sector No Regulado
El viceministro de Políticas de Industrialización, Luis Siles, ha puesto el dedo en la llaga: un alarmante 70% del sector cárnico en Bolivia opera al margen de la regulación estatal. Esta vasta red informal, compuesta por «matadores clandestinos y ferias», es señalada como la principal responsable de acopiar el producto, generar especulación y desviar carne hacia el contrabando a países vecinos donde se obtienen mayores réditos. «Ese porcentaje es el que se encarga de la especulación, de llevar la carne hacia el contrabando, por lo que el precio todavía no rebaja», afirmó Siles.
El Gobierno, a través del Viceministerio de Lucha Contra el Contrabando, realiza operativos para frenar la salida ilegal, pero su control directo se limita al 30% del sector, que incluye a las tres empresas exportadoras autorizadas y algunos centros de abasto. Siles enfatizó que la exportación legal, que cumple con cuotas para el mercado interno, no es la causa del desabastecimiento, y llamó a las intendencias municipales a intensificar el control de precios para combatir la especulación en el precio de la carne.
La Crisis en Bolivia: Un Festín para la Banca y el Agronegocio
Mientras la población enfrenta dificultades, ciertos sectores económicos no solo capean la tormenta, sino que prosperan. La banca en Bolivia registró utilidades por 36 millones de dólares al primer trimestre de 2025, un crecimiento interanual del 15,9%, con un patrimonio de 3.336 millones de dólares, según Asoban. Esta rentabilidad se ve impulsada, según denuncias de usuarios, por prácticas como la retención de dólares de giros del extranjero, entregando el equivalente en bolivianos al tipo de cambio oficial y beneficiándose de la reventa en el mercado paralelo, donde el dólar alcanza precios significativamente mayores.
Este capital bancario, en parte, se invierte en el lucrativo agronegocio en Bolivia, incluyendo la producción y exportación de carne. Empresas del sector venden sus productos en dólares, divisas que a menudo no retornan al país, mientras adquieren deudas en bolivianos que se devalúan, generando un ciclo de ganancias considerable.
BFC: Transnacional que posiblemente causa aumento en el precio de carne de Bolivia
Una de las mayores exportadoras de carne, Frigorífico BFC (de capital brasilero-paraguayo), ha sido señalada directamente. Isidoro Rocabado, de Contracabol, denunció que esta transnacional estaría incurriendo en acopio masivo de ganado, presuntamente utilizando fondos de la Gestora Pública, y la acusó de especulación y contrabando. «Esta es la empresa, la primera en acopiar de rincón a rincón ganado (…) está contrabandeando, está lucrando», afirmó Rocabado, sugiriendo permisividad oficial. Cabe destacar que la casa matriz de BFC en Paraguay, Frigorífico Concepción S.A., ya enfrentó denuncias y multas millonarias por prácticas irregulares.
A pesar de que BFC argumenta que los menores precios de exportación se deben a ventas por volumen, la diferencia es notable: mientras en Bolivia el kilo de carne podía llegar a 10.17 dólares (cambio oficial), en el exterior se vendía a 6 dólares, una ganancia que se triplica al considerar el tipo de cambio paralelo para los exportadores.
Ganaderos y la Polémica Función Económica Social (FES)
El sector ganadero, que creció un 3.9% en 2024, busca mayor expansión y ha propuesto una pausa de 7 años en la Función Económica Social (FES). La FES, consagrada en la Constitución, exige el uso sostenible de la tierra. Desligarse de ella, según críticos, equivaldría a una «licencia para quemar», ampliando la frontera agrícola a costa de la biodiversidad y los bosques, una práctica ya vinculada a las «finanzas grises».
El Ciclo de las «Finanzas Grises»: Fondos de Pensiones y Deforestación
Un informe de Stanislaw Tadeusz Czaplicki Cabezas revela cómo el sistema financiero boliviano, incluyendo los fondos de pensiones (ahora en la Gestora Pública), canaliza recursos hacia el agronegocio. En 2022, los fondos de pensiones invirtieron directamente cerca de 191 millones de dólares en empresas agropecuarias y 2,569 millones de dólares indirectamente a través de la banca o fondos de inversión.
El modelo es claro: la banca, utilizando fondos de la Gestora (dinero de los aportantes), financia al agronegocio. Este sector exporta commodities, obtiene dólares que no retornan, y paga deudas en bolivianos devaluados. Este sistema, donde los dueños de la banca a menudo son también dueños del agronegocio y medios de comunicación, perpetúa una crisis que parece serles conveniente, aumentando sus ganancias mientras la mayoría de los bolivianos sufren las consecuencias. La transparencia en el manejo de los fondos de la Gestora Pública se vuelve imperativa.
También puedes leer: Exministro César Siles Aprehendido por el Caso Consorcio en Bolivia
