El acercamiento de Rodrigo Paz con EEUU y el FMI como posible vía para superar la crisis económica ha sido recibido con un contundente respaldo internacional, liderado por Washington y la Unión Europea, que ven en el nuevo gobierno una «oportunidad transformadora».
Sin embargo, este «abrazo» de bienvenida abre una puerta que para muchos en Bolivia trae el recuerdo de una pesadilla: el regreso de las recetas del Fondo Monetario Internacional, un organismo cuyo historial en la región está manchado por la «década perdida», el «corralito», el «paquetazo» y, en el caso boliviano, el sangriento «impuestazo» de 2003.
Mientras el nuevo gobierno busca desesperadamente financiamiento externo, la pregunta que resuena en el país es si este «apoyo» es un verdadero salvataje o el preludio de un doloroso ajuste estructural que, como se ve hoy en Ecuador, suele pagarse con represión y malestar social.
El Abrazo de Washington y Bruselas: «Apoyo para Abrir Bolivia al Mundo»
Tras la victoria de Rodrigo Paz, la comunidad internacional no tardó en manifestar su apoyo. Un comunicado conjunto emitido por Estados Unidos y ocho de sus aliados en la región (Argentina, Costa Rica, Ecuador, entre otros) fue explícito en su respaldo.
“Los países signatarios están preparados para apoyar los esfuerzos de la administración entrante para estabilizar la economía de Bolivia y abrirla al mundo”, señala el texto, que celebra el «alejamiento de la mala gestión económica de las últimas dos décadas».
La Unión Europea (UE) se sumó a las felicitaciones, expresando su interés en «colaborar con el nuevo presidente». Estos gestos, que el propio Paz ha buscado activamente, son interpretados como un guiño directo a la posibilidad de recurrir a organismos multilaterales de crédito, con el FMI a la cabeza.
¿Qué es el FMI y Cuál es su Historial en América Latina?
Aunque su misión declarada es «asegurar la estabilidad del sistema monetario internacional», el historial del FMI en América Latina es sinónimo de crisis y descontento social. Desde que adoptó el espíritu neoliberal del Consenso de Washington en los años 80 y 90, sus «programas de ajuste» han seguido un libreto casi idéntico: préstamos a cambio de duras condicionalidades.
Estas medidas, conocidas como políticas de austeridad, suelen incluir:
- Privatizaciones de empresas públicas.
- Ajustes fiscales (recortes en salud, educación y gasto social).
- Liberalización económica y apertura al comercio internacional.
- Eliminación de subsidios a productos básicos como los combustibles.
El resultado ha sido una serie de traumas colectivos grabados en la memoria de la región: la «década perdida» de los 80, el «paquetazo» en Venezuela que desató el Caracazo, y el «corralito» en Argentina que pulverizó los ahorros de millones de personas.
El «Impuestazo»: La Cicatriz del FMI en Bolivia
Bolivia no es ajena a esta historia. En 2003, el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, siguiendo las directrices de un acuerdo con el FMI, intentó imponer el llamado «impuestazo», una medida que provocó un estallido social en La Paz y El Alto que se saldó con más de treinta muertes. Aquella rebelión popular no solo frenó la medida, sino que allanó el camino para el ascenso de Evo Morales, quien hizo de su rechazo al FMI una de sus principales banderas políticas.
Ecuador, el Espejo Actual: Represión y Ajuste de la Mano del FMI
Para quienes creen que el FMI ha cambiado, el caso de Ecuador en 2025 es un crudo recordatorio. El gobierno de Daniel Noboa, tras firmar un acuerdo de 4.000 millones de dólares, está aplicando el mismo manual a rajatabla:
- Aumento del IVA del 12% al 15%.
- Eliminación del subsidio al diésel.
- Despidos masivos de empleados públicos y recortes en el gasto social.
La respuesta popular ha sido masiva, con semanas de protestas lideradas por comunidades indígenas y sindicatos. La reacción del gobierno ha sido la brutal represión y la militarización del país, bajo la excusa de la lucha contra el narcotráfico.
«La represión política sirve como garantía de que las reformas impuestas no serán revertidas por la lucha social», señala un análisis sobre la situación ecuatoriana. Los miles de millones que el FMI «presta» no están destinados a mejorar la salud o la educación, sino que son «un salvavidas para el establishment financiero y un mecanismo de disciplinamiento para imponer reformas estructurales».
Soberanía vs. Rescate: La Encrucijada del Nuevo Gobierno de Ridrigo Paz ante el FMI
El gobierno de Rodrigo Paz hereda un país en crisis económica, con una necesidad de divisas. El respaldo ofrecido por EEUU y sus aliados es una oferta tentadora de financiamiento rápido.
Sin embargo, la historia de Bolivia y la realidad de sus vecinos demuestran que esta «ayuda» rara vez es gratuita. La encrucijada para el nuevo presidente es monumental: aceptar el camino del FMI, con su promesa de estabilización a corto plazo pero con un altísimo y probado costo social, o buscar una alternativa que, aunque más lenta y compleja, preserve la soberanía económica y proteja a los sectores más vulnerables de un ajuste que la historia ha demostrado ser devastador.
